Fortin:
Un fortin es un fuerte pequeño. Las fronteras eran bastante móviles y solían estar a unas
pocas "leguas" entre si. El fortin consistia de una rústica
empalizada de troncos dispuestos verticalmente, tal empalizada era con
frecuencia el único "muro" perimetral, en el interior del recinto se
ubicaban ranchos que
generalmente eran la vivienda de la oficialidad o del comandante fortinero, la
barraca de las tropas, un arsenal, una rudimentaria prisión o celda, un
depósito de alimentos, un establo, más raramente existían una capilla, una enfermería e
incluso una pulpería. Dentro del recinto se
ubicaba un corral para la caballada y un mangrullo (torre de vigía de no más de 10 metros de altura,
confeccionada casi siempre con leños) y un pequeño cañón era usado con la intencion de infundir temor a los
posibles atacantes aunque la más de las veces se utilizaban sus salvas a modo
de "telégrafo" para dar señales a otros fortines. El muro perimetral,
si el suelo lo permitía, estaba por su parte circundado de un foso lo más ancho
y profundo posible como para detener o dificultar la acometida de fuerzas a
caballo.
La vida en el fortin:
Para
sus habitantes la vida en un fortín no era fácil, la alimentación era mala,
estaban mal vestidos y podían ser castigados por cualquier motivo, los soldados
ni siquiera tenían la certeza de recibir la paga a tiempo. Debido a su valor
estratégico, los caballos -sin los cuales no se podía salir
detrás de los indios- eran más importantes que los hombres. Por las noches, pese
a las bajísimas temperaturas, los animales eran los únicos que tenían mantas
aseguradas. Los soldados se levantaban al alba y trabajaban todo el día.
Atendían la caballada,
fabricaban adobe, cavaban fosas y
preparaban la tierra destinada a chacras estatales, al margen de las patrullas
cotidianas.
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