Dale, son solo 15 minutos más pensaba cada vez que cambiaba el numerito rojo del reloj. Papá me prometió que cuando el reloj marque las 00.00 iba a llegar. Pero eso nunca pasó, cuando al 5 se le agregó una patita formando el 6 las sirenas empezaron a sonar. Sonaron tan fuerte que se cayó una foto de mi familia cuando fuimos de vacaciones a la costa. Mamá llegó corriendo con Tobias a upa porque se había quedado dormido en el sillón. Tobias lloraba y mamá tenía los ojos como si estuvieran hechos de vidrio. “Manuel agarra tus pantuflas y las de tu hermano que nos vamos, hay que salir ya de la casa” me dijo mi mamá preocupada. Dejó a Tobías al lado mio y corrió hasta su cajón del placard agarro unos papeles, el celular y salimos. Yo agarre las pequeñas manos de Tobías pero estaba llorando tanto que no pude hacer mucho y se fue directo a las piernas de mi mamá. Cuando logramos salir de la casa entendí todo, estábamos en alerta de tsunami y esos segundos en casa el terremoto tiró muchas casas. ¿Viste esa ola grande que se lleva todo? Bueno me dijo mamá que no hay que acercarse a jugar a la playa en estos casos. Todo el piso temblaba como la gelatina que hace la abuela, de fondo escuchaba ruidos de ambulancias y perros. “Menos mal que salieron de la casa,íbamos a entrar a buscarlos” Dijo un bombero. ¡Yo cuando sea grande quiero ser bombero asi salvo a todos! Me quedé impactado con su gran auto rojo. Cuando de repente escuche un ruido fuerte y una nube blanca que no me dejaba ver: parte de mi casa se había caído.Tobías estaba más calmado pero no paraba de repetir “¿Donde esta papá?” Mi mamá empezó a gritar diciendo “No no no, no puede ser” Y lloraba. Me abrazo, me pregunto si estaba bien y no me soltaba, yo pensaba en todos los peluches que quedaron abajo del polvo, Buggy, Chispita… Ya no los iba a volver a ver. El hombre araña y batman ya no podrían salvar a las barbies. Intentamos movernos un poco del lugar donde estábamos parados hasta que nos dimos cuenta qué estábamos en un laberinto de autos uno atrás del otro. Era como en las películas esas que primero choca un auto y despues el otro y el otro. La gente corría por las calles y las luces no paraban de titilar. Había mucho viento y no se podía ver muy bien. Había poca luz.
En eso apareció una camioneta con muchos chicos y mamás adentro y nos subimos, nos llevaron hasta un estadio de futbol, mamá habló con los señores y nos dieron una chocolatada y una manta y Tobias cansado del llanto, lleno de mocos y tierra se volvió a dormir. Mamá no paraba de llorar, cuando se calmo me explico que lo que estaba pasando era que el terremoto fue muy fuerte y que ahora teníamos que quedarnos tranquilos porque papá estaba volviendo. Tenía mucho sueño y cuando logré cerrar los ojos y tranquilizarme volvió a temblar, Tobias empezó a llorar de nuevo, no había forma de pararlo, mamá nos volvió a agarrar y las luces se cortaban y volvían. Hasta que despues se calmo todo de nuevo. “Tranquilo no fue nada, intenta dormir un poco Manu”
Yo entiendo todo, porque ya soy grande, tengo 6. Mamá llora porque no ve a papá hace mucho y porque se olvidó de colgar la ropa y Tobías llora por que es bebe y siempre llora. Ahora yo tengo que cuidarlos a los dos porque papá está trabajando, seguro el gruñón de su jefe no lo dejo salir temprano. Siempre se queja cada vez que llega del trabajo por ese señor alto que siempre que lo veo me ofrece caramelos espantosos. Entonces, como papá no llegó yo estoy a cargo. Le di la mano a mamá para que no tenga miedo, no porque yo estaba asustado o algo asi. Ya soy grande.
Igual ¿Por que tanta gente lloraba? Si total papá estaba llegando, los bomberos nos están ayudando y encima ¡nos están dando chocolatada y mantitas! Además, no fue nada ¿Qué más puedo pedir?
Había abuelos al lado mio que me miraban y sonreían. Ellos tambien tenian chocolatada. Por detrás de unas rejas veía a la gente en la calle que caminaban y caminaban, unos detrás de otros. La mayoría llorando. Yo le dije a mamá que se calme que papá llegaba en cualquier momento y que deje de llorar si no no iba a venir.
Los perros no paraban de ladrar y en eso apareció un señor vestido con camisa y pantalón como papá cuando se viste para ir a una reunión. Dijo “Estamos en alerta de tsunami” No podemos acercarnos a la playa me dijo mamá. Ami me encanta hacer castillos y jugar a la pelota en la playa. Pero hoy no se puede ir.
Después de un rato cuando todo parecía más calmado, la gente dejaba de gritar, no se escuchaban las sirenas ni los perros ladrando caí en un profundo sueño.
Al día siguiente, me desperté en unas camitas que estaban en el piso como cuando voy a dormir a lo de mi primo Juan y me hacen dormir en la cama de al lado de la de él. Pero esta vez tenia frio. Lejos mio veo a Tobías tomando una mamadera, me acerque y le pregunté si había visto a papá, pero me dijo que no con la cabeza, estaba muy concentrado en su leche. Me quede con él y apareció mamá con otra leche caliente para mi, me la tome entera y salimos de ese lugar lleno de camitas. Yo pensé que mamá nos iba a llevar al colegio, pero no me dijo que estaba cerrado hoy y que mañana volvía. Las calles parecía como si hubiesen aparecido elefantes gigantes. Todos los árboles y los autos estaban dados vuelta y algunos vidrios rotos, escuche una explosión fuerte a lo lejos pero eso ya no me asustaba, porque ya tengo 6 soy grande.
Yo queria ir a la playa pero mi mamá me dijo, “No Manuel, a la playa hoy no”. Había mucha gente rodeando la plaza escuchando de una radio vieja de un viejito que estaba ahí. El señor de la radio dijo que ya no había más alerta de tsunami. Mamá seguía llorando. Ahora lo que quería era ver a papá, él me prometió que iba a volver pero hace como un día que no lo veo. Comenzamos a caminar para la playa. “La playa esta sucia ma” grite. Así que con Tobias agarrado de una mano y yo de la otra nos fuimos los tres caminando, no se a donde porque ya no teníamos más casa, pero caminábamos. Yo pensaba ¿Dondé nos vamos a bañar? o ¿La mochila del colegio? La seño no se puede enojar conmigo.
En eso pasa el camion rojo de los bombero rapidísimo y frenó cerca nuestro, al lado de unas personas que saludaban con los brazos estirados. “Bomberos aca” “Aca” gritaban. Yo re contento corrí hasta donde estaban ellos porque no me quería perder de nada, mi mamá me gritó, me parece que se había enojado. Pero a mi no me importo, estacionaron a casi tres casa de donde estábamos nosotros. Cuando llegue los vi haciendo su trabajo ayudando a salir a una persona de abajo de un local de golosinas. Tenían sus trajes amarillos, sus botas y algunos tenían cara de preocupados y otros no. Eran como 5 o 6 ayudando a sacar al señor que estaba ahí. Su camión estaba ahí, estaba un poco sucio y sus luces no paraban de girar y girar y girar. Uno de los bomberos tenía roto parte de la manga de su chaleco, seguro que es porque ayudó a muchas personas hoy.
“Yo de grande voy a ser bombero” “Me parece muy bien ¿Querés ayudarnos?” “¿Sisisis ma puedo?” Mamá me vio tan contento que respondió que sí, entonces me dieron una linterna y me hicieron apuntar a un agujero donde estaba la persona, yo hice re bien mi trabajo, porque no se veía nada y con mi ayuda pudieron ver todo. Ya soy grande tengo 6 esto era una pavada, ya puedo ser bombero casi. Debajo de los pedazos de cemento veo a un hombre parecido a papá, lleno de polvo, tenia frio y un corte en el brazo. Estaba con los ojos como un chino porque le molestaba la luz. De repente escucho “Manu, Tobias, Micaela soy yo Pedro” ¡¡¡Era papa!!!! Que alegria me dio verlo,corrí a abrazarlo y me separaron, le dolía mucho el cuerpo, lo sentaron en una camilla de los bomberos y mamá y yo estábamos felices de verlo otra vez. Habia un monton de gente alrededor nuestro y cuando salió papá todos aplaudieron a los bomberos y obviamente a mi tambien. Al ratito vino una ambulancia y nos subieron a todos y nos llevaron al hospital a que un doctor vea a papá. Tan contento me puse que cuando me subí a la ambulancia dije “Yo de grande quiero ser bombero”